javierGpacheco

El cuerpo humano es un paisaje cambiante lleno de curvas como dunas de un desierto, un conjunto de poses y movimientos como la danza de una hermosa coreografía musical, el cuerpo tiene un lenguaje que no conoce de diferencias lingüísticas y posee un idioma universal innato, la naturaleza humana esta llena de sensaciones que activan todos nuestros sentidos…

Todas esas sensaciones, esas caricias, abrazos, miradas hacen que quiera plasmarlas de una forma vital, que tengan su propia energía, por eso inundo mi obra con tonos cálidos imperando más que los fríos, me sale, casi sin pensar, usar gamas cromáticas de tonalidades rojas, anaranjadas, amarillos, tonos tierras etc, me dejo llevar y es lo que me pide usar la mente, de todas formas quería alguna pincelada contrastada de color frío ante la inmensidad y mayoría de tonos cálidos, como un yin-yang, es casi como una filosofía decir que no existirían unos tonos sin los otros, necesito ese pequeño toque de color frío, esos cuadraditos dispersos estratégicamente creando una guía visual inconsciente al espectador…

En mi obra las imágenes, las figuras, las formas se crean o se desintegran según quien las mire, es libre de ver y entender cada uno a su manera, condicionado quizás por su estado de ánimo, me gusta producir ese juego mental al espectador, que surja esa interacción entre él y la imagen, que le cause duda o confusión, que no sepa como esta hecho, que intente indagar y buscar conclusiones, adoro intentar hacerle sentir como si estuviera delante de un truco de magia, que se ponga en contacto directo con su yo interior y que se pregunte a si mismo, mi obra quiero que sea como cerrar los ojos e imaginar, las imágenes vienen y se van, se forman y desaparecen, se funden unas con otras, son deseo, las sensaciones irradiadas se hacen visibles como una explosión de colores que se arremolinan o fluyen como riachuelos sin leyes de la gravedad, los cabellos bailan como moviéndose debajo del agua o en el espacio, surrealista, como en un sueño…